Feria Biodiversidad
La pérdida de la biodiversidad agrícola es un hecho constatado y referenciado por parte de todos los organismos e instituciones que desarrollan líneas relativas a este tema, como por ejemplo la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación). La recuperación de las variedades locales, unido al conocimiento campesino ligado a las mismas, sin el cual su existencia no tiene más que un sentido cuantitativo y no de utilidad en los agroecosistemas, es de vital importancia.
Desafortunadamente la mayor parte de los sistemas productivos españoles y castellano manchegos no han escapado a la erosión de la biodiversidad cultural y biológica. Se ha producido un cambio de mentalidad en el agricultor y en sus formas de trabajar, un cambio a una agricultura empresarial en que se pide mayores rendimientos, mayores producciones, mayor uniformidad. Esa necesidad de obtener variedades más uniformes, de mayor rendimiento unitario, productoras de granos o frutos de mayor calidad, al mismo tiempo que hacen falta mayores cantidades de semillas para mayores superficies de cultivo, hace que aparezcan las casas de insumos y servicios agrarios, entre ellas las de semillas.
La gran masa de consumidores de las ciudades, han sido inducidos a pagar más por productos nuevos, exóticos o fuera de estación. Por ello, han aparecido los cultivos forzados, los invernaderos, el cultivo sin suelo, etc. En especial en los climas benignos del Sur de Europa, para cubrir esa demanda «europea», al pasar a ser una unidad comercial (Unión Europea). Estos sistemas también se han extrapolado a muchas producciones ecológicas, sobretodo en la zona mediterránea. Los agricultores ecológicos, para no quedarse fuera del mercado, deben recurrir al uso de semilla convencional (más fácil y accesible, etc).
La situación es preocupante; en horticultura se han perdido muchísimas variedades locales por falta de uso, desplazadas por nuevas selecciones más productivas, otras se mantienen arrinconadas y necesitan de un proceso de tipificación, selección y mejora para que vuelvan a mostrar sus características peculiares, y sean devueltas al proceso productivo comercial. Las organizaciones de consumidores ecológicos (escasas en España) en Europa, no están presionando todavía lo suficiente para apoyar iniciativas que apuesten por la biodiversidad en la agricultura ecológica.
Es en el contexto de la agricultura ecológica, donde la utilización de variedades adaptadas al medio local, resulta una de las estrategias más importantes para la consecución del equilibrio ecosistémico necesario para poder producir sin tratamientos químicos y con productividad suficientes.
Son precisamente las variedades locales las que se adecuan a estas necesidades, y de ahí que su utilización sea de interés. Asimismo, la utilización de las mismas conlleva una recuperación de la cultura local culinaria y gastronómica, de usos de la tierra, de conformidad de paisajes.
En los últimos años, y gracias a la conformidad de la Red de Semillas y la Organización de las ferias de la biodiversidad, todas estas actividades han comenzado a coordinarse e integrarse en una plataforma agro ecológica de uso y conservación de recursos genéticos en España.