Un pueblo marcado por una historia, la de la fábrica, es decir la de las Reales Fábricas de Bronce (siglo XVIII). En la actualidad el edificio se ha habilitado como museo y comparte espacio con la oficina de turismo; en él podrán conocer no solo el modo en cómo nació una de las fábricas de bronce más antiguas del mundo, sino también y al mismo tiempo la historia del nacimiento de un pueblo, durante muchos años llamado Fábricas de San Juan de Alcaraz, posteriormente Fábricas de Riópar, y ya en la actualidad Riópar. Nuestra visita al museo nos permitirá contextualizar el lugar en el que nos encontramos, y recibiremos información profesional de la localidad y su entorno en la oficina de turismo.

fabricas riopar

Recorriendo el museo se pueden ver: viejas máquinas, algunas de ellas las mismas con las que la fábrica comenzó su andadura a finales del siglo XVIII; antiguos modelos de valor incalculable por su calidad y por las manos que los moldearon _v.gr. Benlliure_; grabados de la época dibujados a plumilla; paneles informativos; un audiovisual. Visita obligada cuando se visita Riópar es el Nacimiento del río Mundo; así como si nos encontramos haciendo turismo en cualquier otro pueblo de la Sierra del Segura _sin duda la belleza del paraje justifica hacer algún que otro kilómetro_. La contemplación de la caída de agua sobre la gran roca de piedra caliza sobrecoge, mientras el ruido del agua pone música a la escena. Y qué decir si tenemos la suerte de presenciar un ‘reventón’ _hasta 100.000 litros por segundo saliendo por la boca de la cueva_, fenómeno natural extraordinario que se produce varias veces al año, pero sin poder precisar cuándo. Desde abajo podemos ver las impresionantes dimensiones de la gran boca de la cueva. En el interior más de 40 kilómetros de galerías interiores exploradas, y otras tantas aún sin descubrir, tapizadas de musgos y líquenes.

CHORROS RIO MUNDO

Más allá del evidente valor paisajístico, la zona es poseedora de unos valores ambientales que la hacen digna merecedora de los halagos y los reconocimientos que desde tiempos inmemoriales ha recibido. Una rica y variada flora con no pocos endemismos acoge una fauna, también con algún que otro endemismo, que ha encontrado aquí un lugar idóneo para vivir.

El pueblo de Riópar Viejo es un enclave en lo más alto de un promontorio que, pasados los años y quizá gracias a ello, posee un aura especial. Un pueblo con magia y encanto, más allá de sus calles empedradas y sus fachadas de piedra. Posiblemente los restos de un castillo de origen musulmán, enterramientos antiquísimos, y la pequeña y coqueta capilla de estilo gótico tardío guarden relación con las especiales sensaciones que experimentamos al visitar esta pequeña villa medieval. Su ubicación nos permite disfrutar de unas hermosas vistas del valle. Podemos ir en coche o subir andando por un sencillo sendero que se inicia en el pueblo de Riópar.

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