Elche de la Sierra, capital de la Sierra del Segura, y por ende centro de la vida económica y comercial de la zona. Se la conoce además como ‘la cuna de los encierros’ y si alguien desea comprobar por qué basta con que se acerque hasta aquí durante la feria, en septiembre.
Elche de la Sierra entra en la historia de la mano de un hecho heroico. Cuenta la leyenda que en la pedanía de Villares un caudillo íbero dio muerte al cartaginés Amílcar Barca, la supuesta tumba del cabecilla de los cartagineses es para muchos prueba de la veracidad del relato.
Con motivo del Corpus Christi se realizan las famosas alfombras, declaradas de Interés Turístico Nacional. Se elaboran con serrín y virutas que se tiñen con anilinas, creando verdaderas obras de arte de carácter efímero.
No deje de visitar uno de sus monumentos más destacados, la iglesia de Santa Quiteria, una de las joyas del neoclasicismo en la provincia de Albacete. Su construcción llevada a cabo entre los años 1738 y 1788 implicó el derribo de la antigua iglesia y de al menos dieciocho casas más, lo cual da idea de las dimensiones de la misma: 1350 metros cuadrados de planta distribuidos en una sola nave, en cuyos laterales se abren varias capillas, separadas por arcos de medio punto y cerradas por cúpulas ciegas. Es una construcción sólida, de estilo neoclásico y gusto herreriano.
En su interior destaca la presencia de un órgano barroco. Cuentan las crónicas que el 7 de enero de 1792 un grupo de vecinos de Elche de la Sierra firmó un contrato con el maestro organero Joseph Llopis para la fabricación de un órgano para la iglesia parroquial de Santa Quiteria, el mismo
artista que construyó los órganos de Férez y Liétor. Se trata de uno de los instrumentos históricos más importantes de la provincia, pero la dejadez y la desidia provocaron que llegara al año 2003 en un estado de completa y lamentable ruina.
Gracias a la labor de la Asociación cultural Santa Quiteria, en mayo de 2005 el órgano volvió a sonar en el interior del templo en todo su esplendor en las manos del organista de gran prestigio Christian Mouyen.
En el casco urbano sorprende la existencia de un antiguo lavadero público de importantes dimensiones, al parecer fue construido en el año 1909. La Puentecilla, que así se llama, está dotada de 76 zonas de lavado realizadas en granito y dos caños de agua provenientes de La Poza.
Son muchos los rincones en plena naturaleza en el término municipal de Elche de las Sierra, y desde luego La Longuera es uno de los más bellos y mágicos, antigua cortijada a unos 5 kilómetros del pueblo, tranquilidad y sosiego y a sus pies el río Segura: zona de baño y fértiles huertas de cultivo ecológico.
Y además: Castillo de Villares; La Poza; Barranco Andrés; La Almazará; El Gallego; Y mucho más…
