Verónica González, natural de Elche de la Sierra y Raúl Martínez, de Yeste, son dos deportistas de la Sierra del Segura que están cosechando numerosos éxitos, cada uno en una modalidad deportiva distinta. Verónica participa en carreras de BTT y Raúl Martínez en motociclismo. Vamos a conocer a estos dos deportistas de la comarca.

VERÓNICA GONZÁLEZ.

Verónica González ha conseguido su tercer Circuito Provincial de BTT. La elcheña revalida su título pese a un año complicado por una lesión. Para conocerla un poco mejor os ponemos el texto de una entrevista publicada en el Nº23 de la revista comarcal Sierra Viva.

“Desde pequeña me gustaba la bici”, cuenta Verónica González y recuerda que no fue hasta el año 2011 cuando compró una de montaña e hizo su primera carrera. Fue en su pueblo, Elche de la Sierra, y junto a los compañeros de KM0, que le preguntaban “si se atrevería a terminarla”, bromea la deportista. Apenas un lustro después se ha convertido en una referencia provincial de este deporte con gran arraigo en la comarca. De hecho, ha sido campeona del Circuito BTT de la Diputación Provincial de Albacete en los años 2015 y 2016 y esta temporada sigue acumulando victorias y luchando por la general.

La historia de esta joven técnico en formación de incendios forestales, nacida en 1981, es la de una estudiante que necesitaba mejorar su estado físico. “Empecé en la bici para mejorar físicamente, por el trabajo que tengo y para mejorar la salud, después pasé de entrenar sábados y domingos a hacerlo también entre semana y en 2014 comencé a hacer carreras”, explica Verónica. La evolución física lleva hacia la evolución mental y es entonces cuando se adquiere la constancia. Cuando Sierra Viva se interesa por su momento mágico y también el más duro, coincide en señalar la Lurbel de Yeste, como “en la que más he disfrutado y más he padecido”. Porque en 73 kilómetros y más 2.200 de acumulado, “las sensaciones son increíbles”, dice González. Un momento muy especial fue ganar la prueba y un momento durísimo, el paso por El Tubo de Boche, después de 60 kilómetros en las piernas y un 30% de desnivel. “Pero cuando echas la vista atrás y ves por donde has pasado, te sientes muy bien porque pensé que nunca lo iba a hacer”. La sierra tiene un encanto especial que a Verónica le apasiona, ella es una corredora, que pese a “ir ciega algunos ratos no sólo va pensando en ganar”, sino que le gusta disfrutar de los paisajes, las sendas, los arroyos o la subida a Moropeche, “cuando ves el impresionante valle”. “Siempre digo que la bici iguala a las personas, no importa lo que seas, ingeniero, médico o albañil”, comenta llena de razón.

El deporte despierta muchas virtudes como la amistad, el esfuerzo o la superación. Y además cuando se practica en esta comarca, se gana algo más, la contemplación de unos parajes inolvidables, una tierra que por sus características se ha convertido en el mejor campo de entrenamiento para una cantera espectacular de corredores y ciclistas, en la vanguardia competitiva de la región. La elcheña destaca la importancia pionera que ha tenido Riópar y preguntada por su carrera favorita, se decanta por su pueblo, “es mi territorio, mi gente y vives cosas difíciles de explicar, cuando bajas las escaleras, con esa cantidad de gente animando, ese día voy como volando en la bici”. Mientras tanto, Verónica González afronta nuevos retos, si el año pasado ya quedó segunda en el Campeonato Regional de Mountain Bike Maratón y participó en una prueba de tres días en el Algarve, Portugal, para 2018 ya se plantea, “otras experiencias chulas porque sobre todo lo que me gusta es cambiar”. Y así lo hará, pedaleando y sin perder la sonrisa.

 

RAÚL MARTÍNEZ.

Por desgracia, constantemente conocemos historias de promesas del deporte a las que la falta de apoyos les impide llegar lejos. Ello por no hablar de las que ni siquiera son reveladas y quedan en el olvido. Relatos cuyo desenlace no es un final feliz dado que el deporte practicado no es de los más extendidos y, por tanto, sus practicantes carecen de ayudas institucionales o de sponsors para continuar con su progresión.

En este caso hablamos de motociclismo. Raúl Martínez Alarcón es un piloto de 28 años natural de Yeste (Albacete) y cuyo talento sobre la moto le ha llevado a proclamarse actualmente campeón de Europa en la Kawasaki Z Cup. Raúl Martínez ha pasado por las prestigiosas copas Bancaja y Movistar durante su formación, y posteriormente compitió en la categoría de 125cc del Campeonato de Castilla-La Mancha de Motociclismo, así como en la Copa de España (categoría Supersport) y en el FIM CEV Repsol (categoría Superbike).

Nos estamos refiriendo a un piloto que ya había demostrado su competitividad y que la ha refrendado este año venciendo en la Kawasaki Z Cup, en la que se adjudicó cuatro victorias y siendo el único manchego inscrito de todo el FIM CEV (más de 100 pilotos). Pese a todo lo anterior, el de Yeste ha tenido que lidiar constantemente con delicadas condiciones económicas, propiciadas por la falta de apoyos por parte tanto de la JCCM como de las instituciones albaceteñas. La dificultad que más claramente expone la situación es la moto, la Kawasaki con la que ha competido, propiedad del jefe de Raúl Martínez y que ni siquiera es una moto de carreras.

En declaraciones del piloto para VAVEL recogidas por Rocío Hellín, Martínez manifiesta que no hay “ninguna” ayuda para los pilotos manchegos por parte del Gobierno de Castilla-La Mancha. “Cuando vienes a Valencia, ves a muchos pilotos corriendo con becas y ayudas, y por ello en el futuro estarán presentes en el Campeonato del Mundo de Motociclismo, al igual que sucede con los pilotos catalanes. Me gustaría que en nuestra comunidad se volcaran un poco más con nuestro deporte, ya que es muy caro. Si queremos que en un futuro haya pilotos de Castilla-La Mancha en el Mundial, lo lógico es que se vuelquen un poco”, explicaba Raúl Martínez.

El de Yeste saltó de la categoría Superbike del FIM CEV Repsol a la Kawasaki Z Cup para ajustar la situación económica, ya que, como él mismo asegura, “en el FIM CEV Repsol lo pasamos más mal que bien, con muy poco dinero y casi siempre en la parte trasera, sufriendo. Este año he tomado una iniciativa para pasármelo bien y ésa ha sido la clave, ir a disfrutar desde el primer momento y por eso he ido rápido y todo ha salido bien”.

Por último, Raúl Martínez da una muestra más de sus dificultades para competir: “No sé qué haré la próxima temporada, porque tengo que vender la moto para poder pagarla. Me ha salido una opción, pero hace falta dinero”. Respecto a la viabilidad de ese camino, el piloto manchego se muestra esperanzado: “Estamos intentando conseguir ese dinero a través de la Diputación y del Circuito de Albacete. Ganando esta copa, que está dentro del FIM CEV Repsol, espero tener una reunión para ver si me pueden echar un cable desde las instituciones para correr el próximo año. Si no, probablemente repetiré en esta competición”.